Una de las personas a la que más estima tenía en aquel entonces, era Mholly, una lummen (un chico, de hecho, en la vida real). Y tenía un compañero de universidad que también usaba una clériga, y se llamaba Mighlkess.
Les conocí a ambos en una plaza de la ciudad humana de Takome. Seguramente o me había muerto recientemente, o me había perdido, y me paré a conversar.
Recuerdo que este hábito de pararme a conversar en el medio de quien sabe dónde, me supuso no pocas muertes, y comerme algún que otro "palabra sagrada -tamién conocido como "holy"). Era un hechizo que si te lo tiraban te dejaba sin poder hacer nada un buen rato. Y si salía muy, muy chungo, no podía ni leer lo que otro jugador decía, porque estabas "sordo", ni hablar por "aturdimiento". Korentín era muy bueno con eso.
Siempre me imaginé a Mighl como una mujer madura, tirando para los cincuenta, algo tosca y huraña, con sus Mazas del Bien dispuestas a atizarte en nombre de Lummen (su dios).
Además esta llevaba una innovaciòn, que era un escudo sobre el pecho. Se me dio por inventar un pequeño emblema para la Milicia de Takome.
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